lunes, 28 de noviembre de 2011

De los estudiantes colombianos a la indignación global



Por Mario Delgado
ASPU- UNICAUCA

La indignación crece en el mundo. Los dineros públicos en Estados Unidos y en Europa van hacia el rescate de la banca mientras se recortan beneficios sociales de los estados de bienestar. En Latinoamérica los estudiantes protestan por su futuro –no quieren ser autómatas, máquinas que repiten el mismo discurso de siempre- y, particularmente en Colombia, donde la protesta había sido satanizada como terrorismo, la movilización masiva de estudiantes ha hecho que el gobierno retire un proyecto de Educación Superior que en resumidas cuentas convertía la educación en un negocio más. 

Muchos coinciden en que la educación es el motor que impulsa la equidad y el desarrollo democrático. Sin embargo, el camino que debe recorrer un estudiante colombiano de las clases populares en una sociedad fuertemente estratificada es tenaz y arduo. Si persiste, su familia lo apoya, y entra a una universidad,  enfrenta el reto adicional  de mantenerse. Se sabe que la deserción en las universidades colombianas  es alrededor del 40%.

En ese contexto, a lo largo de su movilización, los estudiantes colombianos han sido tachados de ignorantes, inhábiles para entender las "beneficiosas" leyes del mercado que se querían aplicar a su formación, vándalos que quieren destruir la sociedad y el buen ver de sus ciudades al hacer ollas comunes para sobrellevar la protesta le lejos de sus casas y de sus familias. Por la presión de ellos mismos con sus imaginativas formas de protesta, de voces  y escritos que se levantaron en algunos diarios, posiciones fuertes de académicos, la mayoría por fuera de los órganos de poder de las universidades, su trato en los medios ha sido forzado a cambiar aunque siguen las tergiversaciones de su discurso y de sus peticiones.

Las redes sociales que se autogestionan, los blogs, la propaganda y sus slogans como aquel que cuestiona: “ ¿Si el servicio militar es obligatorio, porque la educación no?”, también han contribuido a que su movimiento tome fuerza, mueva a la solidaridad de la apabullada sociedad colombiana, habitualmente conforme con sus males y sus gobernantes, y coincida con la protesta chilena que ha cobrado una inusitada fuerza social contra la concepción mercantilista que pregona su  gobierno plutócrata.

Por eso ahora, más que nunca y con urgencia, es necesario un periodismo plural que no solo de voz al gobierno que la tiene excesiva, sino  a sectores como los estudiantes que han construido en Colombia un movimiento organizado que busca otra sociedad, que sabe con firmeza que, a pesar de los obstáculos, otra educación es posible. 

Salir del espejo deformador y de las mentiras sistemáticas del periodismo que es cómplice y construir una memoria para la educación para las generaciones futuras, ha sido la contribución clave de los estudiantes colombianos a la indignación global. 

martes, 22 de noviembre de 2011

Lo utópico, lo anquilosado y lo políticamente correcto


Lo utópico, lo anquilosado y lo políticamente correcto
A propósito del movimiento estudiantil

Por Miguel Tejada

Por estos días uno podía escuchar al transeúnte desprevenido preguntarse, con un tono indiferente, por qué protestaban los estudiantes esta vez. Pregunta retórica que escondía bajo las enaguas una lectura perezosa de los acontecimientos. Analicemos esto, con otra pregunta, en las líneas que siguen: ¿Querrán acaso estos estudiantes cambiar el mundo, otra vez? La respuesta, hoy, parece afirmativa. Pero esto, en vez de ratificar la apreciación apática del transeúnte, se inscribe en un contexto distinto.

Recordemos por qué lo utópico de los movimientos estudiantiles fue archivado en los anaqueles del fracaso histórico, luego de las revoluciones estudiantiles del 60: la usurpación que hizo el aparato capitalista de la retórica revolucionaria[1], como respuesta a las críticas estudiantiles que exigían el desmonte de un esquema laboral jerárquico y esclavista. En otras palabras, a los inquietos empresarios se les apareció la Virgen. Se aprovecharon del análisis crítico del fenómeno económico para darle un aire fresco al viejo sistema capitalista, anquilosado, centralizado y homogéneo. Recordemos el termino anquilosado, porque más adelante lo retomaremos.

La consecuencia de este proceso fue el florecimiento de una serie de ideales hedonistas; un individualismo socialmente aceptado y deseable, donde el placer y la libertad ideológica (la apatía por cualquier compromiso político) se predicaban en cocteles y desfiles de moda. Por supuesto, este proceso de abdicación frente a las luchas sociales, frente al reto de hacer una revolución, se dio de manera silenciosa. En eso consiste el éxito de las nuevas fórmulas de poder. Es imperceptible. Un buen día, todo el material del que se alimentaban las utopías y los sueños fue enviado al sótano de las prioridades sociales. Lo políticamente correcto, esto es, la tolerancia sexual, el multiculturalismo, los ideales liberales, la ecología y las nuevas religiones,  entraron a reemplazar el espíritu de lucha social. Un ejemplo refrescante de este cambio es el discurso de Coca-Cola, con su felicidad, chispeante y colorida. Una inmensa sonrisa que esconde toda una historia de explotación laboral y lucha antisindical en las fábricas de la famosa bebida.

¿Y qué ocurre hoy con las demandas estudiantiles?  Digamos, con cautela, que se percibe un interés común por regresar a lo utópico. Es necesario aclarar, por supuesto, que lo imposible, la equidad social y la oposición a las políticas neoliberales, nada tienen de utópico. Es ironía, o poética mordaz, en contra de la anestesia ideológica. Este movimiento que hoy piensa el devenir del país, a través de la educación, está dirigiendo su mirada al territorio, a las comunidades menos visibles. Aquí uno de los aspectos a destacar de la causa estudiantil: el alcance de sus críticas, de la lectura que se está haciendo de la coyuntura. Pensar una sociedad libre y democrática es un planteamiento teórico relativamente sencillo, fácil de entender en el papel. Lo verdaderamente problemático en este punto es que estas conquistas humanas se traduzcan como una apatía hacia la acción política. La diversidad sexual, por ejemplo, es en el fondo un tema económico, lo mismo que el manejo responsable de los recursos naturales, aspecto crucial en el caso de la explotación minera. Así, más que cubrir de consignas bonachonas estas cuestiones, lo que resulta imprescindible es una articulación de estas problemáticas con el aspecto político-económico subyacente que determina el curso de los acontecimientos. Una lectura crítica de las crisis globales permitiría entender que las marcas de ropa más famosas usan el tema de la libertad sexual para valorizar sus acciones en la bolsa. Lo mismo ocurre con aquellas compañías que venden más unidades sólo porque en sus empaques se afirma que todos los procesos de producción y  los materiales usados son respetuosos con el medio ambiente.

La guardia debe mantenerse en alto, porque el camino de los estudiantes está colmado de trampas, de estorbos retóricos. El cuerpo estudiantil debe blindarse frente a los ataques del discurso hegemónico, el mismo que habla con tanta ligereza de civismo, democracia y cultura, comodines que se emplean de forma ambigua, con el fin de mantener intactos los cimientos del pensamiento dominante, de las políticas económicas globales , con sus tratados de libre comercio y sus luchas insensatas contra amenazas terroristas ficticias.

Cuestionar la transparencia de lo políticamente correcto  es un ejercicio de lectura que no abunda en los currículos de las universidades. Y ni hablar de le educación básica. Esta es la imagen anquilosada del progreso de un país a través de su mediocridad escolar: un mastodonte cobarde. A los estudiantes no se les toma en serio porque arrojen menos papeles a la calle, porque dejen de rayar las paredes o porque se abstengan de quebrar vitrinas. Esta obediencia, este civismo de cartilla, los inscribe en la facción más perversa del ciudadano, en la confusión tierna de un adolescente problemático. No se trata de hacer una apología a la violencia radical (esto desnudaría un vacío en el compromiso político), sino de reformular las dinámicas de generación de conocimiento, prestando atención a las verdaderas necesidades de los pueblos; implementar un modelo de educación horizontal, consciente y crítico, consecuente con la dimensión real del territorio. Esto es lo que hasta el momento se puede leer en las intervenciones estudiantiles: el intento por construir un discurso. Miremos pues, con buenos ojos, este extraño día soleado, pero tengamos listo el paraguas, por si acaso.


[1] Véanse “El ambiguo legado del 68”, de Slavoj Žižek y “El nuevo espíritu del capitalismo”, de Luc Boltanski y Eve Chiapello

miércoles, 16 de noviembre de 2011

DECLARACIÓN POLÍTICA DE LA MANE


DECLARACIÓN POLÍTICA
BOGOTÁ, 12 DE NOVIEMBRE DE 2011


En el marco de la  sesión de emergencia convocada por la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), desarrollada en Bogotá el día 12 de noviembre del año en curso y la cual contó con la presencia de más de 60 instituciones de educación superior de todo el país, concluye:
1- La solitud del gobierno de Juan Manuel Santos hecha a la comisión sexta de la cámara de representantes para retirar el proyecto de ley N° 112 de 2011 “POR LA CUAL SE ORGANIZA EL SISTEMA DE EDUCACIÓN SUPERIOR Y SE REGULA LA PRESTACIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR” y su evidente cambio de actitud, obedece a la contundencia de la movilización estudiantil, encabezada por la MANE, la cual ha permitido que confluya tanto el conjunto de la comunidad universitaria, como amplios sectores sociales y populares. Todo ello se ha materializado en el espíritu colectivo de unidad del estudiantado, que se expresa tanto en el avance del proceso organizativo de la MANE, como en el desarrollo del programa mínimo y, por supuesto, en el hecho de que la lucha por la educación como un derecho ha dejado de ser una reivindicación particular de la comunidad universitaria para pasar a ser una lucha general del pueblo colombiano.
2- Nos asumimos como continuadores de la lucha histórica de los estudiantes colombianos, la comunidad académica y los sectores sociales por una nueva educación, por lo que la MANE entiende que el anuncio del presidente de solicitar el  retiro de la Ley, representa una victoria importante en la lucha por la educación como un derecho. De tal suerte, comprendemos que nos encontramos ante un momento político diferente que exige de nuestra parte proyectar el movimiento estudiantil, por lo que manifestamos toda la intención de profundizar nuestras apuestas en materia de construcción organizativa, de movilización y, principalmente, avanzar hacia la construcción de la propuesta alternativa de educación superior, CUYA BASE ES EL PROGRAMA MÍNIMO DE LOS ESTUDIANTES.
3- Frente a la postura política asumida por el gobierno de Juan Manuel Santos la MANE define suspender el paro nacional universitario una vez que:
  • Se haga efectivo el retiro del proyecto de ley de reforma a la educación superior.
  • El gobierno nacional demuestre una voluntad real, que se exprese bien sea en una declaración pública o en un espacio público de interlocución, para formular de manera conjunta con la comunidad universitaria y de cara a la sociedad, con los tiempos que sean necesarios, una metodología de construcción de una reforma a la educación superior que responda a las reales exigencias de la nación colombiana. Lo anterior con respeto y sin perjuicio de los espacios propios y autónomos que la comunidad universitaria se dé para la construcción de su propuesta.
  • El gobierno se comprometa con las garantías políticas y civiles para desarrollar el derecho a la protesta, la movilización y organización de los estudiantes en todos los espacios del territorio nacional.

4- En el marco de la aplicación de la política neoliberal para la educación superior en Colombia, durante las últimas dos décadas, se ha venido agudizando la grave crisis presupuestal y financiera de las universidades públicas del país. Insistimos en que es responsabilidad del estado darle solución efectiva a dicha situación.
5- Seguimos exigiendo que se retiren de todos los campus universitarios, de sus entradas  y zonas aledañas las fuerzas de policía y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (E.S.M.A.D) y  la libertad para los estudiantes detenidos en el marco del proceso de movilización.
6- En cada universidad el movimiento establecerá junto con los consejos académicos y el conjunto de la comunidad universitaria un cronograma para la culminación efectiva del 100% de los calendarios académicos. Esta reprogramación deberá brindar garantías para que los procesos de movilización y construcción de la propuesta alternativa de educación superior sean exitosos. En el marco de las definiciones nacionales tomadas por la MANE, recalcamos que todos los procesos de movilización locales cuentan con pleno apoyo de este escenario, por cuanto entendemos que regionalmente existen una serie de reivindicaciones que necesitan de urgente solución.
7- Hacemos un llamado al conjunto de los estudiantes colombianos y el pueblo en general a rodear y desarrollar las conclusiones de la MANE. Reiteramos que continuamos en estado permanente de movilización, de construcción de propuesta y de construcción organizativa. En este sentido invitamos a la sociedad colombiana a participar el día 24 de noviembre en la jornada continental de movilización en defensa de la educación como un derecho, la cual se constituye en jornada de preparación del paro cívico nacional.
Por democracia, soberanía y Paz
MESA AMPLIA NACIONAL ESTUDIANTIL (M.A.N.E.)
13 de noviembre de 2011

Punto de Fuga: No hay retórica que pueda con la inconformidad de ...

Punto de Fuga: No hay retórica que pueda con la inconformidad de ...: Me acabo de bañar, la ropa me olía gases lacrimógenos. Mientras me quitaba la camiseta con ese aroma ácido, recordaba la ira que acompañaban...

lunes, 14 de noviembre de 2011

Otra galaxia en un plato de lentejas


Diamantes de fuego
Volcanes microscópicos
en el corazón de esta
juventud enrarecida
Su gran secreto,
acabar 
con esta versión
del mundo
tan pobremente escrita

Fotones salidos de control
luz furiosa, 
 discurso inclasificable
una versión optimizada
del virus combativo
que devora 
las carnes fofas 
de monarcas
y policías de finanzas
de matarifes bilingües
de sacerdotes
y presidentes

EL CULTO AL AVISPADO, a propósito del problema de la Educación


Por: Juan Luis Mejía A. 

Rector de la Universidad Eafit de Medellín, dictada recientemente en Itegral S.A.


En 1914, Don Jesús del Corral publicó su famoso cuento "Que Pase el Aserrador", el cual, desde entonces, figura en todas las antologías de la literatura colombiana, dado que reúne las calidades literarias del cuento bien escrito: historia atrayente, narración concisa y eficaz, humor dosificado, final inesperado. 

La pequeña obra de Don Jesús narra las aventuras de Simón Pérez, desertor de uno de los ejércitos en contienda en la guerra civil de 1885 y quien, en compañía de un soldado boyacense, se internó en las selvas del bajo Cauca en busca de una mina de oro que estaba montando el Conde de Nadal a orillas del río Nus. A pesar de su total ignorancia en el oficio, Simón se hizo pasar por experto aserrador y a punto de trovas, cuentos, embustes y brebajes, obnubiló a la familia del Conde y pasó dos años a cuerpo de rey en la mina, mientras por ingenuo y crédulo "aquel pobre indio de Boyacá se murió de hambre sin llegar a ser aserrador".

Fuera de sus valores literarios, en el imaginario colectivo, el cuento representa el arquetipo del antioqueño: recursivo, atrevido, chacharachero, audaz. Hay una palabra que agrupa con precisión todas estas características: el avispado. 

El pueblo antioqueño creó el culto al avispado. El avispado tiene profunda confianza en sí mismo, por tanto no requiere de preparación, dado que su astucia natural le permite salir triunfante en todas las situaciones. El avispado no prevé las situaciones, las resuelve en cada momento gracias a su viveza. El avispado no hace empresas, hace negocios. Para el avispado la mejor universidad es la calle y la vida. El avispado no cree en el esfuerzo pues sabe cómo se la gana de ojo. El avispado no conversa sino que se come de cuento a la gente. El avispado es cañero, fafarachero, lanza, espuelón, fregao y ventajoso, tiene agallas y se lleva a todo el mundo por delante. 

El avispado se ufana: "Yo no lo tumbé, el se cayó sólo". Para el avispado no hay mayor triunfo que sacar ventaja en cada negocio. Es muy simbólico el léxico utilizado por el habla popular para exaltar la figura del avispado, por lo general asociado con la fauna predadora. Para destacar a alguien nos referimos a él como una fiera, un tigre, un águila, una culebra. Por el contrario, la víctima del avispado se asocia con la flora: una papa, un aguacate, un arracacho, una torta. Claro que no faltan los elementos faunísticos como el marrano y el burro o cierto órgano masculino. 

En fin, es el imaginario popular de una sociedad que le confirió más valor a la intuición que al conocimiento, a la improvisación que a la planeación. Ya desde la escuela se desprestigia el saber. No hay mayor ofensa para un escolar que se le tilde de nerd. En reciente estudio sobre el parlache, el lenguaje de las tribus urbanas de Medellín, los nerds son definidos como "Los inteligentes del salón, usan gafas y visten raro" -vestir raro es usar ropa común y corriente-. Es el término que reemplaza al sapo, al mamasanto, al lambón de otras épocas. 

El avispado tiene profunda confianza en sí mismo, no tiene dudas. Tiene respuestas para todo pero hace muy pocas preguntas. Ya Estanislao Zuleta nos había revelado que la ignorancia no es un estado de vacío sino de llenura. Por el contrario, el conocimiento es un salto al vacío. El científico tiene más preguntas que respuestas. Cada logro de la ciencia no es un punto de llegada sino el lugar donde surgen los nuevos interrogantes. "Sólo sé que nada sé" decía Sócrates con humildad. "Yo me las sé todas" farfulla con arrogancia el avispado. El avispado está conforme con el mundo mientras no le afecte su estatus. Por el contrario, el arte y la ciencia nacen de la inconformidad. Aquel que está insatisfecho con el mundo decide reinterpretarlo o recrearlo. El espíritu crítico permite que la humanidad avance. Por eso la Universidad no puede perder jamás el espíritu de indagación. La Universidad, en síntesis, es la ventana por la cual nos asomamos a indagar el Universo, a extraerle con cuentagotas sus arcanos secretos, sus leyes más profundas. 

Una política educativa centrada en la calidad y la cobertura es una política trunca. Ya sabemos que la educación no es sólo responsabilidad del sistema educativo sino que es un proceso complejo en el cual convergen todos los estamentos sociales. Para tener una sociedad educada se requiere primero una sociedad educadora. Y el primer papel de esa sociedad es crear el ambiente propicio para que florezca el conocimiento. Una sociedad que valore al científico, al intelectual, al artista, por encima del avispado. Una sociedad donde el saber y el conocimiento sean un deleite, una aventura apasionante y no una fuente de tortura y padecimiento como ocurre hoy en nuestra educación básica. 

Nos sentimos orgullosos de vivir en un país con la mayor biodiversidad del planeta tierra, es decir el mayor banco genético de la humanidad. Pero hoy no importa tanto la biodiversidad, que es un fenómeno natural, sino el saber sobre esa biodiversidad que es un hecho cultural. Ese saber se encuentra en otras latitudes. Es como si poseyéramos una gran riqueza depositada en el banco, pero la clave para extraer el dinero la tiene otro. 

Hace ya varios años el economista brasileño Celso Hurtado preveía que en el siglo XXI existirían dos tipos de países: Unos que enriquecerían al patrimonio común de la humanidad a través de su creación e innovación y otros que se deberían resignar al papel de simples receptores de bienes y conocimientos emanados en otras esferas. Según las decisiones que hoy tomemos, las próximas generaciones estarán ubicadas en una de las dos orillas: en la de la creación o en la del simple consumo. 

El actual modelo de desarrollo tiene como principales indicadores las variables positivas o negativas del PIB. A pesar de que estos indicadores tienden a ser optimistas, en materia de conocimiento los datos son desalentadores. América Latina aporta el 1% del total de científicos del mundo y Colombia contribuye con el 1% del total de América Latina. Es decir, en materia de conocimiento aportamos a la humanidad el 1% del 1%. 

Un verdadero y real Producto Interno Bruto. Y eso que somos tan avispados. Otro dato que nos retrata: en los productos que conforman la canasta familiar no figuran los libros pero si las fotocopias. 

Pero es que también terminamos de estudiar. Al finalizar la llamada moratoria social, en la cual al joven se le excusa de trabajar para que dedique ese tiempo a su formación, se considera que termina de estudiar al culminar sus ciclos académicos. Puede que ese concepto hubiera tenido validez hace unas décadas cuando los cambios tecnológicos eran lentos, las transformaciones del entorno pausadas y los conocimientos y las destrezas adquiridas en el período universitario tenían vigencia por el resto de la vida. Pero hoy, con el vértigo del mundo conectado en línea en tiempo real, con asombrosos avances que a duras penas nos permiten asimilarlos, terminar de estudiar constituye un suicidio intelectual y social. Por ello, el sistema educativo, fuera de la transmisión de conocimientos básicos y de formar en las destrezas propias para ingresar al mundo laboral, debe sembrar el ansia de saber y la curiosidad permanente, acompañadas de las herramientas metodológicas que permitan que la indagación tenga un sentido y sea eficaz y pertinente.

En la última edición del diccionario portugués encontré la poética y muy brasileña definición de la palabra saudade: "Sentimiento más o menos melancólico de incompletud". Retomo ese concepto de incompletud para aplicarlo al hombre y la mujer contemporáneos: qué incompleto es aquel que se da por satisfecho con lo aprendido, qué incompleto el que ha perdido la capacidad de asombro ante las propuestas del arte y la poesía; qué incompleto aquel que no se interroga ante los asombrosos descubrimientos de la ciencia. Vano fue su paso por la vida. 

Una última recomendación: Desconfiad del avispado. 

viernes, 11 de noviembre de 2011